jueves, 3 de enero de 2008

Todos tus nombres

Cuarto

Son mis fenómenos naturales, mis cataclismos, estoy seguro, los que te llevaron a desaparecer de estos días, a refugiarte en una cuidad innombrable que a cada momento que pasa se parece más a las postales que recibimos el verano de aquel año. Me cuesta reconocer y aceptar que soy yo el que se siente un extranjero viendo con algo de estupor como se suseden en la calle los rostros que no son el tuyo, una mujer sale del asensor en el edificio de correos o una adolescente que vuelve del colegio son la parte más patente o gráfica de tu ausencia. Cáe la noche y acuerdo un precio ridiculo por poder buscarte esta noche en el cuerpo de una chica que dice llamarse Alejandra, no se parece en nada a ti, pero ese es mi trabajo. Tu ciudad duerme, yo fumo y miro por la ventana mientrás tú, Alejandra, recoges los billetes.

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